Bien entrado el año 1.257aC, Ptolomeo, una tarde, dando un paseo reflexivo, se encontró a uno de sus antiguos discípulos: Eurtukio. Éste se lamentaba de que desde hacía cuatro primaveras, su primera esposa Anarta, le había abandonado y marchado a vivir lejos de Teknas. Eurtukio, a pesar de tener un estatus de senador, y un reconocimiento público y notorio, no había superado ese alejamiento, y le reconoció al maestro que seguía enamorado de Anarta, a pesar de haberse vuelto a casar con una joven y bella teknesiana. Ensiámedes, le dijo:
"Eurtukio, la verdadera distancia entre dos personas no se mide en estadios1, se mide en silencios"
1El estadio era una unidad de longitud usada en aquellos tiempos que equivalía a 174.12 metros
Mucha es la confusión sobre la medida real del estadio, sea griego o egipcio. A estas dudas también aportó Tórtolis, que en su confusa búsqueda de la racionalidad universal buscó la conversión de estadios en silencios. Hay quienes atribuyen a Tórtolis la expresion: silencios=(estadios)*(estadios). Lo que más adelante fue definido como "la parábola vital". Se desconoce su utilidad, si bien algún determinista tradujo como: Si la distancia es grande, el silencio se hace insoportable.
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