marzo 15, 2011

Cita XIX

En el año 1.251aC, gobernando Tirkulino la ciudad-estado de Teknas, fue éste descubierto desviando fondos de la Hacienda Pública para su provecho. En el senado Ptolomeo Ensiámedes, pronunció una de sus más celebres sentencias, perteneciente a su corriente ética, cuando tomando la palabra y señalando al malversador, le inquirió desde el estrado:

"El hombre que pierde sus principios, los convierte en sus finales"

1 comentario:

  1. Hay quienes simbolizan el conocimiento como algo cíclico, una serpiente devorando su cola. Esta alegoría no es cierta. Los principios y los finales nunca se tocan y ni tan siquiera se ajusta a una ecuación lineal (obvio es que son más puntos los que delimitan el tránsito). Ensiámedes quizás hablaba más de justicia que de ética. En lo concerniente a ética, no hay final, sino fluir, pero nada como unos buenos principios para fluir. En esto me inclino más por el Oscuro de Éfeso y su teoría del flujo. ¿Dónde nos llevará el actual?.

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