diciembre 09, 2010

Cita VII

Una noche del año 1.239aC, Ptolomeo, sorpendió a Doronea, su cuarta esposa, contemplando ensimismada las estrellas, en una noche de luna llena. Se acercó a ella, sigiloso, y cuando se hallaba apenas a unos pasos, le susurró:

"Doronea, las estrellas son antorchas que nuestros dioses dejan encendidas todas las noches, para que recordemos en su luz, a nuestros antepasados"

1 comentario:

  1. Omite el autor el sentimiento de Doronea al susurro de Ptolomeo. Subyugada por su nombre, que le venía de perlas, Doronea es fiel reflejo del sentimiento hedonista y fue musa, mucho más tarde de Epicuro de Samos. Contrasta, pues, con el misticismo de Ensiámedes. Nunca mejor puede aplicarse aquello de que "en todos sitios cuecen habas" (Tórtolis, algo contó de esto y de otros avatares que tuvo, incluso mantuvo, con Doronea en sus memorias, pero esto es otra historia).

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